domingo, 6 de octubre de 2013

DOCE EN LA ZUBIA


DOCE EN LA ZUBIA
 

Autores varios. Título: Los grandes maestros contemporáneos. Lugar: Galería La Zubia. Fecha: Hasta el 11 de octubre.
La galería de arte la Zubia inaugura temporada con una excelente exposición, donde comparten la propuesta doce pintores de prestigio contrastado, cuyas producciones avalan su maestría. Están unidos todos por una visión tradicional de la pintura contemporánea, insistiendo por el difícil trabajo de expresar nuevos modos, para desarrollar lo definido en la perfección por otros.
Carlos Bellosta muestra un mundo etéreo, sumido en largos y cadenciosos atardeceres, brumosos, tranquilos,  cubiertos de bandas cromáticas donde la figura define el espacio. Sumida la contemplación en una sedosa instantánea de rememoraciones poéticas.
Francisco Trigueros rapta la esencia de la imagen para transplantarla en el cuadro, manteniendo la vibración de las radiaciones que la dotan de temporalidad. Magnífico este pintor en su realismo descarnado.
Manuel Barahona es equilibrio, nostalgia por una forma de vida que se esfuma, expresada en su obra en un entramado de colores. Capta el espíritu de la vida rural, sus ritmos y pausas. Estructura los tonos para conformar un entorno armonioso.
Las aristas se desvanecen en las formas construidas por Ana María Gálvez Son sensuales, realizadas para ser tocadas, aprehendidas, llamando al tacto cuando son observadas.
José Baqués propone un universo simbólico pleno en sensibilidad, expuesto en colores suaves que acarician la mirada.
Geometría hecha imagen, en rostros verdes y azulados, sensibles y evanescentes, sobre la rotundidad de las formas sometidas a la amable contemplación. La impronta pop escapa en las formas y colores de sus piezas. Así es la obra de Gabriel Pórtoles.
Laurentino Martí muestra un laberinto cromático, donde  formas sinuosas juegan su papel, ordenadas para contener una representación rotunda, profusa y barroca, de la realidad pensada.
Clasicismo, fuerza, rasgos marcados por el tiempo, relatando mil vivencias y sufrimientos, se resumen en la pintura de Galán Polaino.
Muñoz Bernardo nos enseña la luz tenue que se  instala tímida en el cuadro, en un entorno urbano castizo, con sabor a magia.
La propuesta de Luis Romero posee color profundo, vestido de azules y algún claro, en espacios ensoñados, sobre un dibujo rígido sometido a la geometría, con aroma naïf.
Claridad y sensibilidad son signos que distinguen las producciones de Leonardo Fernández, centrando la mirada en los momentos y rincones invisibles a la rutina, salvados por la flor, canto de belleza. Su dibujo es preciso, de color acotado, siendo la realidad autentica retada en su expresión visual.
Los paisajes de Pedro Roldán trascienden la materia para expresar la energía que empapa su influjo. Poder absoluto de la superficie pintada, que rompe el espacio para desbordar el color, con ímpetu fogoso, oponiéndose los distintos tonos entre sí para eclosionar fuera del rectángulo y chocar en la retina.
Todos los autores presentes en esta exposición abordan la representación de la realidad desde una perspectiva propia, unidos en la misma forma de entender la pintura.
 
 
 
 

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