miércoles, 10 de febrero de 2016

LA REALIDAD DE GENARO GÓMEZ

LA REALIDAD SENTIDA


Autor: Genaro Gómez. Título: De (Construcciones) Lugar: Sala A. Centro Damián Bayón. Santa Fe. Fecha: Hasta el 20 de febrero.

Es una paleta centrada en tonos azulados y grises, con destellos rojizos, y a veces manchas ocres o verdosas, reflejando la imagen derretida, sumida en un caos ruidoso, confuso y veloz. La imagen se deconstruye disolviendo las formas, ahondando en la naturaleza del color.
La obra de Genaro Gómez es un camino hacia la abstracción, impulsado por el estudio de la fuerza que ejerce el cromatismo en la definición del recuerdo de la escena. Las siluetas se deforman debido a la vibración de los colores. En algunas piezas la descomposición de la realidad es mostrada como si de un espejo fracturado fuera, rasgando los haces de luz el espacio del cuadro, disociándose en los fragmentos surgidos de la rotura, que quieren permanecer unidos para seguir mostrando la calle desierta, la cual, pese a la descomposición, aparece patente, intensa percepción que se abre paso entre las grietas de la visión inicial. En algunas piezas se produce un impacto poderoso, cuya fuerza converge en un punto de la superficie del lienzo.
A veces el pintor crea un mundo de comprensión pastosa, difuminados los contornos, encerrado en un estado onírico, contrapuesto a los cuadros de impresión bulliciosa.
Todos estos efectos generan dinamismo, cambio, perennidad, oponiéndose al universo estático, tranquilo, silente, perfecto en sus lineas y recovecos. La obra de Genaro Gómez profundiza en la transitoriedad de la existencia, centrando su mirada en el paso continuo de los seres y cosas, que se van evanesciendo mientras se diluyen los contornos, quedando como memoria de su presencia el poso de su energía, expresada muy bien con el color, que quiere abarcar, con su deformación irrespetuosa de los límites, todo el entorno. El pintor representa acertadamente el entramado conceptual que conduce su propuesta plástica, con fríos tonos, cenizas del fulgor, más los rojizos y ocres, como rescoldos del pasado que aún persiste, que combina muy bien, desestructurando la imagen tenida como cierta, para indagar en las entrañas de su representación, que es la luz vestida en sus tonalidades diversas.

Genaro Gómez consigue crear un trabajo de valía artística, muy bien encajado en la pintura clásica de la modernidad, que sin embargo va más allá, pues indaga en el lenguaje del color, en el cinetismo que éste representa. Posee el pintor una original manera de componer la figuración sensitiva. 







 

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