miércoles, 3 de febrero de 2016

NUEVA OBRA DE ALBERT SESMA

EL TIEMPO PACIENTE

Autor: Albert Sesma. Título: Ciudades del Mundo. Lugar: Milenium gallery. Fecha: Hasta el 11 de febrero.

La urbe moderna es descrita en la obra de Albert Sesma. El pintor va apuntando los destellos que inundan sus espacios, cuando siente el peso de la impresión que su grandeza produce, preso del asombro por la linealidad, geometría y estructuración de los edificios, expresión de los sueños de superación de los límites y muestra de poder. En el desarrollo de su idea atraviesa el deslumbramiento por la arquitectura clásica, por la huella que el hombre imprime en sus construcciones, cuan jeroglífico que describe la esencia del lugar habitado. El artista elabora este concepto con densidad de tonos luminosos, sea con un colorido vibrante, de pulso visual intenso, azaroso en el espacio, acompañado por el tiempo solar, que se desliza hacia la extinción del color en algunas piezas, representando muy bien la rutina del recuerdo efímero, el yugo que aprisiona la libre fantasía. El ánimo del pintor se introduce en el espacio del cuadro. Extingue en algunas composiciones la diversidad radiante para concentrarse en la conjunción de tonalidades. Es ingenioso al narrar el espíritu de las ciudades, la disolución del individuo en la masa, la pérdida de su protagonismo ante los colosos de cemento y metal. Este mundo tecnológico se contrapone con el transcurrir paciente, establecido para degustar la belleza, el placer de vivir, la humanidad del ser.
El color expandido en sus múltiples posibilidades de tonos abundantes, en la sociedad industrial, refulge, se abre vigoroso en su desafío ante la imagen extinguida de tonalidades, sin solución de exhibición cromática, sujeto al contraste de claridades. Es una confrontación entre el deslumbramiento, seducción y anonadamiento, ante la complejidad de la polis y la aplastante existencia impuesta por los días de luz triste. El artista nos da su visión gozosa unas veces, perpleja y contradictoria en otras. Es un discurso expositivo, luminoso, rico en matices, de profundo pensamiento, plasmado en un dibujo preciso y color equilibrado, que permite un lenguaje iconográfico, desenvuelto y ágil; es un diálogo entre el bullicio del color y el susurro de los grises. Esplendor y monotonía, alegría y apatía, se combinan en ella. El autor no refleja fríamente esta realidad, sino que introduce su sentimiento en cada una de las piezas.
A.Sesma presenta una obra dinámica, actual e inteligente, muestra de un realismo crítico expresado con lucidez y calidad.






































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