viernes, 13 de mayo de 2016

ALEJANDRO GORAFE EXPONE EN LOS CONDES DE GABIA


EL NERVIO DEL TIEMPO

Autor: Alejandro Gorafe. Título: El silencio de los objetos. Lugar: Palacio de los Condes de Gabia. Fecha: Hasta el 3 de julio.

Es una obra que se decanta hacia la esencia del espacio comprendido, cuando es perturbado por la presencia de la materia. La línea rompe el equilibrio visual del vacío, crea un contorno sometido a su influencia, se sugiere un plano. Cuando el autor se adentra en la tridimensionalidad de las trayectorias genera un volumen presentido, campo empapado de la tensión de las formas.
Alejandro Gorafe define un trabajo escueto, repetitivo, atormentado por las horas de esfuerzo invertidas, limitándose a la estructura básica de los contornos, el símbolo icónico que define la dimensionalidad de la existencia. A través de sus alambres, nudos, tensiones, laberintos, ensoñaciones plasmadas en estructuras etéreas, define la energía que trasmite la materia manipulada en el espacio envolvente, dejando una huella sonora que resuena en una oscilación sin fin. Es un mantra que no cesa, se presiente, logrando componer la paradoja del sonido expresado como silencio, solo la materia, sutil y tensionada, siendo el espectador quien infunde con su participación fuerza a la composición. Muestra su obra en volátiles esculturas, reducidas a la mínima expresión, descarnadas al máximo, trazo plástico que encierra un profundo significado creativo. Alcanza Alejandro Gorafe expresar el resplandor presentido de lo creado en una forma desnuda, la cual contiene una intensa labor conceptual, honda inteligencia, madurez artística y arduo trabajo.
Consigue el autor presentar una propuesta que invita a la reflexión, en un sosegado transcurrir de monótono susurro interior, liberando del entorno. El trabajo se convierte en meditación, en ruptura de la rutina para perseguir el resplandor de la vida, consiguiendo el escultor incluir en su aventura la atención del espectador.
Alejandro Gorafe avanza un paso más hacia la expresión fugaz de las formas, buscando la sustancia que da propiedades al espacio, la vibración de la existencia, el pulso de los momentos. No rompe con la obra anterior, sino que la asimila y extiende hacia la destilación del concepto, consiguiendo expresar el nervio del tiempo.
 
 
 
 
 
 

 

 

 

 

 
 

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