EL SALIENTE DE J. GUERRERO
Del Ciclo <<Cuarenta Pinturas en
busca de voz>>. Lugar: Centro José Guerrero.
El cambio, el signo de ruptura, el vacío hacia un nuevo camino de creación al encuentro de aventuras desconocidas, es mostrado en la obra de título “Saliente”, de José Guerrero. El giro en sus creaciones plásticas de los setenta queda patente en esta pieza, donde el pintor rescata en el fondo del caos cromático la percepción de las formas, extraídas del cocimiento mental tras su desestructuración. El artista deshizo las formas tangibles, disolviéndolas en el color, las sazonó con su razón plástica, para rescatar la esencia de la sustancia que le da existencia intelectual, en el mundo de las realidades racionales. Es puro sentimiento visual, arrebato de la mirada, color, pasión, arraigo a la vida.
Aparece la oquedad intencionada, tras ésta los tonos densos, oscuros, de paisajes inciertos y desconocidos, y junto a ella el brillo de la esperanza. La amabilidad de su paleta se hace patente en la periferia, incrustando en ella el símbolo de su nueva apuesta creativa.
José Guerrero inició la senda hacia otra percepción de las formas, siendo expresadas en campos de color, interpretadas según la sutileza de la gama usada, la fuerza de la pincelada aplicada, el murmullo sensitivo que emerge de la marejada de su pulso. Es un impulso hacia lo que la mirada aparente esconde, quedando la silueta desnuda de su estructura, mostrando su alma, que es el color. José Guerrero, describe su emoción en la energía impresa, su asombro continuo, así como la inquietud hacia lo desvelado, pues está descubriendo la raíz de la sustancia, abriendo la caja donde se esconde los espectros de la luz, esperando acotar el destello primigenio que le da sentido a lo tangible.
Esta pieza, comentada en “Cuarenta obras en busca de voz”, constituye una inteligente elección para ahondar en la pintura de José Guerrero, siendo igualmente acertado el interprete escogido, Jordi Teixidor, que con su dialéctica cromática explica el sentido último de este cuadro.
El cambio, el signo de ruptura, el vacío hacia un nuevo camino de creación al encuentro de aventuras desconocidas, es mostrado en la obra de título “Saliente”, de José Guerrero. El giro en sus creaciones plásticas de los setenta queda patente en esta pieza, donde el pintor rescata en el fondo del caos cromático la percepción de las formas, extraídas del cocimiento mental tras su desestructuración. El artista deshizo las formas tangibles, disolviéndolas en el color, las sazonó con su razón plástica, para rescatar la esencia de la sustancia que le da existencia intelectual, en el mundo de las realidades racionales. Es puro sentimiento visual, arrebato de la mirada, color, pasión, arraigo a la vida.
Aparece la oquedad intencionada, tras ésta los tonos densos, oscuros, de paisajes inciertos y desconocidos, y junto a ella el brillo de la esperanza. La amabilidad de su paleta se hace patente en la periferia, incrustando en ella el símbolo de su nueva apuesta creativa.
José Guerrero inició la senda hacia otra percepción de las formas, siendo expresadas en campos de color, interpretadas según la sutileza de la gama usada, la fuerza de la pincelada aplicada, el murmullo sensitivo que emerge de la marejada de su pulso. Es un impulso hacia lo que la mirada aparente esconde, quedando la silueta desnuda de su estructura, mostrando su alma, que es el color. José Guerrero, describe su emoción en la energía impresa, su asombro continuo, así como la inquietud hacia lo desvelado, pues está descubriendo la raíz de la sustancia, abriendo la caja donde se esconde los espectros de la luz, esperando acotar el destello primigenio que le da sentido a lo tangible.
Esta pieza, comentada en “Cuarenta obras en busca de voz”, constituye una inteligente elección para ahondar en la pintura de José Guerrero, siendo igualmente acertado el interprete escogido, Jordi Teixidor, que con su dialéctica cromática explica el sentido último de este cuadro.
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